Control de calidad

Richard Mille dispone de un sistema de control de calidad muy riguroso que se implementa en diferentes niveles y etapas del proceso de producción para garantizar que los productos que se entregan a los clientes son absolutamente perfectos.

LA BÚSQUEDA DE LA CALIDAD EXTREMA

Cada reloj Richard Mille ha sido sometido a estrictos controles de calidad. Nuestros expertos relojeros se encargan de controlar pieza por pieza antes de asignarle un lugar en el inventario. Si el reloj presenta tan solo una marca aparentemente insignificante, no pasará el control de calidad, por lo que inevitablemente se descartarán algunas piezas de gran valor y se deberá repetir la producción desde cero. En cuanto a los acabados, se toma en consideración un gran número de criterios estéticos para optimizar el aspecto.

Los relojes mecánicos, por su parte, pueden llegar a pasar de 50 a 60 procesos distintos para asegurar la perfección, en la medida de lo posible, antes de la entrega.

SIN MARGEN DE ERROR POSIBLE

A lo largo de las numerosas etapas del control de calidad se rechaza un elevado número de piezas. De hecho, el índice general de rechazo de componentes oscila entre un 30 - 40 %. Pese a la destreza de los relojeros que manipulan minuciosamente las piezas con pinzas, el contacto físico con las piezas puede causar arañazos o daños microscópicos.

NORMAS ISO

Los requisitos de la certificación ISO 9001 son unos de los pilares de Richard Mille. El cumplimiento de esta norma ISO (Organización Internacional para la Normalización), certificada desde 2005 y actualizada continuamente, concuerda con nuestro propósito de preservación y dominio de nuestro savoir-faire.



Por tanto, la norma ISO 9001:2015 define los requisitos para contar con un sistema de gestión de calidad más eficaz, que aplicamos desde el desarrollo a la producción final a través de nuestra cadena de suministro. Nos permite contar con una organización y unos procesos de producción más eficientes y aumentar la satisfacción del cliente. En la documentación expedida por la organización se definen los requisitos, instrucciones, buenas prácticas o datos técnicos que se deben tener en cuenta para garantizar de forma coherente que los materiales, productos, procesos y servicios cumplen a la perfección con la función deseada. Asimismo, fomenta la innovación y el control de calidad, dos objetivos clave de la marca.



En el caso de Richard Mille, la aplicación de la norma ISO se puede constatar, por ejemplo, en el modo en el que el relojero y los ingenieros cooperan entre sí. En numerosas ocasiones, se consulta la opinión del relojero encargado del montaje sobre los detalles de un proceso en particular y sus propuestas se tienen en cuenta para aportar futuras mejoras al proceso de producción. La interacción entre los distintos actores que intervienen en el proceso dentro de un ambiente de trabajo que fomenta la mejora continua puede derivar en el desarrollo de importantes avances.



El objetivo principal de esta norma es permitirnos satisfacer las exigencias de los clientes y superar sus expectativas. Cada aspecto de la relación con el cliente nos brinda una oportunidad para ofrecerles un valor añadido.

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ETAPAS RIGUROSAS

Cuando un movimiento ensamblado pasa satisfactoriamente las rigurosas etapas del control de calidad, se devuelve al relojero para que proceda al encajado, que consiste en el montaje de la caja completa y la corona, así como los pulsadores, las asas, los realces, las protecciones y los biseles giratorios en los modelos que precisan estos componentes. A continuación, se debe verificar de nuevo el calibre, los biseles frontal y posterior y el interior de la caja para comprobar que no quede polvo.
Una vez que se ha terminado de encajar el reloj, se efectúan las últimas pruebas de sincronización, que pueden durar más de dos semanas, ya que el movimiento presenta una sincronización distinta cuando está montado dentro de la caja en comparación con cuando se prueba como unidades individuales.

Esto se debe principalmente a que los cambios de temperatura afectan directamente al movimiento que está parcialmente expuesto cuando se realizan las pruebas de sincronización. Mientras que, por el contrario, cuando el movimiento está montado en un reloj acabado, el frío y el calor se transmiten primero a través del cristal y el metal de la caja.
Una vez que se ha completado esta etapa, el reloj acabado se somete a un control de calidad final.

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